#Lightbasics Hablemos de luz difusa y dirigida


Difuso y Dirigido

La luz, como elemento fundamental del diseño, juega un papel crucial en la forma en que experimentamos el espacio. Tanto la luz natural como la artificial pueden ser manipuladas para crear diferentes efectos y atmósferas.

La luz difusa, similar a la luz de un cielo nublado, uniformiza la iluminación y produce pocas sombras. Es ideal para crear ambientes tranquilos y relajantes. En cambio, la luz directa, proveniente de fuentes puntuales como el Sol, acentúa formas, texturas y objetos, creando sombras definidas.

Una fuente puntual de luz directa puede transformarse en difusa al pasar a través de un difusor, pantalla o reflector, dando como resultado una iluminación con una apreciación mate. Sin embargo, convertir la luz difusa en directa sería un proceso complicado y poco eficiente.


Luminiscencia de Ambiente

Richard Kelly define la luz difusa como una "luz ambiental" que minimiza la forma y el volumen, creando una sensación de libertad e infinitud. Esta luz suele ser tranquilizadora y calmada.

La luz directa, por otro lado, es esencial para la percepción de la tercera dimensión. Cuando se usa sola, crea contrastes fuertes y sombras pronunciadas. Sin embargo, al combinarla con luz difusa de diferentes direcciones, se pueden lograr efectos más sutiles y agradables. En este caso, es recomendable que una fuente de luz sea más potente que la otra.


Ejemplos Cotidianos y Luminarios

Un ejemplo cotidiano de luz directa es el Sol. Los luminarios que emiten luz directa suelen tener una fuente que pasa a través de un reflector o espejo, siendo generalmente puntuales y diseñados para resaltar objetos o áreas específicas. Los luminarios difusos, en cambio, difuminan la luz a través de una superficie mate o un cristal satinado, creando atmósferas tranquilas y uniformes. Algunos ejemplos de luminarios difusos son las lámparas de mesa con pantalla, los plafones y las lámparas LED de panel.


Dirección y Distribución

La luz, como un medio maleable, puede ser dirigida, analizada y moldeada. El diseñador de iluminación, como un escultor, determina la forma que toma la luz en un espacio. La dirección y distribución de la luz, que depende de la orientación, forma y ángulo de la fuente de luz, puede variar desde un haz concentrado hasta un haz difuso, siendo multidireccional o dirigido hacia arriba o hacia abajo.

Las diferentes direcciones y distribuciones de la luz pueden acentuar o negar, expandir o comprimir nuestra percepción del espacio. La luz rasante, que incide sobre una superficie en un ángulo bajo, puede crear texturas y resaltar detalles. El bañado de muro, por otro lado, consiste en iluminar una pared vertical de manera uniforme, lo que puede ampliar el espacio y crear una sensación de profundidad.


Arquitectura e Iluminación

La forma de la luz y del edificio han estado siempre relacionadas. La luz natural se ha canalizado para producir efectos inesperados, como se puede ver en las ruinas del Cañón del Chaco en Arizona, el Panteón romano en Italia o el cenotafio para Newton de Luis Boullée. Por ello, la colaboración entre el diseñador de iluminación y el arquitecto es fundamental para lograr espacios armoniosos y funcionales.



Abstracto, textos y bocetos: Alex Carrillo

 

Fuentes:

 "Perspectivas de la luz, entre la cultura y la tecnología" por ERCO

"Iluminación arquitectónica, diseñando con luz y espacio" por Hervé Descottes y Cecilia E. Ramos