#Lightbasics: Hablemos de color y temperatura...

El color de la luz está inextricablemente vinculado a la percepción del espacio y del tiempo. Cada objeto obtiene su color en parte por la luz que absorbe o refleja.

Nuestra percepción de colores es determinada tanto por las propiedades físicas de la luz, así como la respuesta fisiológica y psicológica a la luz que entra a nuestro ojo.

La luz, por definición, es el tipo de radiación electromagnética que es emitida cuando las partículas cargadas, o fotones, se mueven. Los colores que tienen una sola onda electromagnética son llamados colores de espectro puro o monocromáticos. Estos corresponden a los que tienen un matiz rojo, naranja, amarillo, verde, azul o morado. No obstante, la gran mayoría de los colores que vemos están compuestos por un rango de longitudes de onda y la luz blanca es la mezcla de muchas longitudes de onda visible.


Un alto CRI mejorará la apreciación de los colores reales de los objetos y las texturas.


La temperatura de color correlacionada (CCT) es la apariencia visual de la luz blanca emitida por una fuente. Varía de matices cálidos (rojos) a matices fríos (azules) y se mide en Kelvin (K).

Los grados Kelvin (K) se miden en base a la cantidad de calor requerido para que un radiador de cuerpo negro, o radiador de Plank (el cual absorbe todas las ondas) emita un color visible (a más calor, más energía y mayor será el color azul; a menor calor, menos energía y el color cambiará a uno rojizo). Este radiador se usa en condiciones ideales, es decir, no existe en la realidad, pero se sustituye para fines prácticos con una barra de acero. Sobra mencionar que al citar la CCT de la luz no se dice “grados Kelvin” sino sólo “Kelvin”.

Los tonos azules (digamos que mayores a 4,500K) dan una sensación y apariencia de frescura y amplitud, mientras que los rojos (digamos que menores a 3,500K) dan una sensación cálida y de cercanía. Durante el Renacimiento los pintores llamaron a este fenómeno perspectiva de color y ocurre porque el ojo utiliza sus distintos receptores.

Para medir los matices y la temperatura de color, se utiliza el diagrama cromático de la CIE (Comisión Internacional de Iluminación, por sus siglas en francés).


Diagrama cromático de la CIE. Imagen: ledtronics.com

La luz natural y las fuentes incandescentes emiten luz en un espectro continuo de color. Al atenuar un incandescente incluso se puede simular un atardecer ya que el color de la luz que emite se torna aún más calido. El resto de las tecnologías de iluminación emite luz en picos concentrados del espectro. Al atenuar un luminario fluorescente por ejemplo, la luz no se torna más cálida, sino más gris. Por lo anterior, para determinar qué tan bien se verán los objetos y texturas iluminadas por diversas tecnologías, se utiliza la clasificación del índice de reproducción cromático (CRI).
Iluminar un objeto o superficie con luz del mismo color que éste, producirá un efecto más saturado, más brillante y luminoso. Iluminarlo con luz blanca produce un color más apagado.

La luz obedece al sistema aditivo de colores, y los pigmentos obedecen al sistema sustractivo de colores. Con el sistema aditivo además se producen sombras cromáticas.

 
Sistema aditivo de colores / Sistema sustractivo de colores. Imagen: colortheory236.weebly.com


“El color crea una ayuda visual e intensifica la percepción visual del ambiente”“Un espacio bañado en magenta produce euforia, éxtasis… uno bañado en azul ultramarino produce calma y quietud”

Un espacio saturado con color altera nuestra percepción, con tiempo veremos un matiz complementario como efecto a posteori. Este efecto ocurre cuando los conos se fatigan por el mismo matiz de color, y mientras se adaptan a un color neutral, cambian gradualmente el matiz procesado anteriormente y proyectan la nueva escena en un matiz complementario. Con el tiempo el cerebro se acostumbra al matiz de un color saturado y lo apaga. Este proceso se llama adaptación cromática, y no es más que la calibración y compensación que realiza el ojo de forma automática. Se debe dar oportunidad al cerebro para recalibrarse.

Luz natural y artificial...
A nuestros ciclos circadianos los gobierna un ciclo diario de luz-oscuridad. Se deben seleccionar fuentes de luz, espectros (CRI) y CCT que reflejen los colores de luz apropiada a un programa dado para el diseño de un espacio.

La mejor luz, sigue siendo la que resulta de la energía emitida por nuestro astro sol.

En términos de diseño…
Para iluminar materiales, es mejor iluminar azules con azules y rojos con rojos para así resaltar y evitar descompensar los tonos. Por ejemplo, la madera y la piel lucen mejor con tonos cálidos, mientras que el concreto y el metal lucen mejor con tonos fríos o neutros. Para iluminar espacios que tienen luz natural durante el día, durante la noche luce más natural utilizar luminarios con una luz ambiental difusa en tonos fríos y acentuar con tonos cálidos.

En diseños más teatrales es común utilizar filtros. Ya sea para cambiar el color, la temperatura de color, reducir la emisión de ciertos rayos no visibles, texturizar, etc. Es importante mencionar que estos filtros mantienen el CRI (a menos que el filtro especifique lo contrario).

Te recomiendo…
Buscar los trabajos de Johannes Itten y The art of color. Otras obras que puedes ver para analizar el color y la temperatura son Stacks of Wheat de Claude Monet, Sunday on La Grande Jatte, de Georges-Pierre Seurat, y algo más moderno con la Städtische Galerie de Dan Flavin. Para analizar cómo el color afecta la percepción puedes buscar el proyecto de la Estación del tren de Flandres en Lille, Francia, intervenido en 2004 por L’Observatorie  International.

Abstracto, textos y dibujos: Alex Carrillo
Con información de:
Perspectivas de la luz, entre la cultura y la tecnología. Por ERCO, e
Iluminación arquitectónica, diseñando con luz y espacio. Por Hervé Descottes y Cecilia E. Ramos